En el mundo empresarial actual, donde la dinámica del cambio es constante, el papel del liderazgo estratégico y el desarrollo humano adquiere una relevancia ineludible. Gabriel Pereyra, director en Human Growth, posee una visión privilegiada derivada de su vasta experiencia en diseño, implementación y administración de proyectos enfocados en estos campos. En esta entrevista, Gabriel, nos brinda una perspectiva única sobre las habilidades gerenciales más demandadas y valoradas en el entorno empresarial contemporáneo, así como estrategias efectivas para establecer metas profesionales claras y adaptarse a los desafíos del cambiante panorama laboral.

 

Desde la importancia de la adaptabilidad hasta el arte de sostener conversaciones poderosas que generen acuerdos y fortalezcan vínculos, Pereyra comparte su conocimiento profundo sobre cómo cultivar habilidades gerenciales esenciales. Además, ofrece valiosas recomendaciones para los recién egresados, destacando la importancia del autoconocimiento, la concreción de sueños en planes tangibles y la búsqueda constante de aprendizaje y crecimiento.

 

A través de sus reflexiones, Gabriel nos invita a explorar el poder transformador del diálogo auténtico, la empatía y la proactividad en la construcción de relaciones significativas y el logro de metas profesionales concretas en un entorno laboral en constante evolución.

 

 

Tu experiencia en diseño, implementación y administración de proyectos de liderazgo y desarrollo humano te brinda una amplia perspectiva sobre el perfil profesional de un líder estratégico. ¿Cuáles son las habilidades gerenciales más demandadas y valoradas en el entorno empresarial actual?

 

 

En mi experiencia podría decir que una de las habilidades gerenciales más necesarias el día de hoy es la adaptabilidad a los cambios. Claramente vivimos en un mundo que cambia a una velocidad nunca vista y eso requiere que tanto los líderes como en realidad todas las personas que nos encontramos en el mundo laboral, desarrollemos mucha flexibilidad para aprender a sentirnos cómodos en la incomodidad natural que genera el cambio. Esto implica desarrollar una mentalidad de crecimiento, ver el cambio siempre como una oportunidad, gestionar ágilmente nuestras emociones para salir de la fase de resistencia, abrazar el desafío de encontrar siempre nuevas maneras de hacer las cosas y desarrollar el hábito del optimismo que nos permite creer que sí se puede y en consecuencia crear en medio de situaciones difíciles.

 

Una segunda habilidad que veo cada vez más necesaria es la de desarrollar relaciones empáticas y saludables que construyan sinergia al interior de los equipos. Para ello es fundamental aprender a enfrentar situaciones difíciles y tener conversaciones poderosas. El desarrollo de la inteligencia artificial pone cada vez más en claro que las habilidades técnicas y cognitivas pueden ser reemplazadas por las máquinas. Pero lo que no podrá ser reemplazado en un horizonte mediano de tiempo es la habilidad para conectar con las demás personas y a partir de esas relaciones influir, motivar y generar valor.

 

 

 

En tu libro, "El Poder del Diálogo", abordas la importancia de tener conversaciones poderosas que conduzcan a acuerdos y construyan vínculos sólidos. ¿Podrías destacar algunas técnicas o herramientas que consideres efectivas, para alcanzar estos resultados en la práctica diaria?

 

 

Creo que todo parte con la escucha. Escuchar de verdad es sumamente complejo porque implica que me importe auténticamente el otro y solo así podrá importarme lo que dice y solo así podré entender no sólo sus palabras sino la necesidad que está por detrás.

En segundo lugar, es crucial enfrentar las conversaciones difíciles y hacerlo manteniéndonos en el nivel diálogo sin escalar a los niveles de discusión o pelea. En el nivel diálogo buscamos entendernos mutuamente y llegar a acuerdos desde la perspectiva de ganar-ganar. No busco convencer, no busco imponer, no parto de creer que tengo la razón. Parto de la validación del mundo del otro tanto como del mío y de la motivación de querer construir un “Nosotros” con mi interlocutor.

 

Junto a ello es necesario aprender a gestionar las propias emociones en estos diálogos difíciles, comprender sin justificar y sin juzgar al otro, saber hacer peticiones en vez de reprochar, aprender a conectar con la necesidad del otro en vez de estar atentos sólo a lo que uno quiere, desarrollar la habilidad para expresar mis expectativas en vez de reclamar, así como poner límites y saber decir “no” con asertividad.

Como vemos son muchas las habilidades que necesitamos desarrollar para construir relaciones saludables en nuestra vida y no se consiguen de la noche a la mañana. Pero claramente vale la pena porque solo teniendo conversaciones poderosas podremos tener relaciones auténticas y son esas relaciones las que mayor felicidad nos generan en la vida.

 

 

¿Podrías compartir algunas recomendaciones para nuestros recién egresados sobre cómo establecer metas profesionales claras desde el principio de sus carreras, y cómo adaptarse a los cambios y desafíos del mundo laboral en constante evolución?

 

 

Creo que lo primero es desarrollar continuamente la habilidad del autoconocimiento. Todos vamos cambiando a lo largo de nuestra vida y las razones por las que entramos a estudiar una carrera probablemente no sean las mismas que nos impulsan hoy en nuestras experiencias laborales. Para desarrollar una línea de crecimiento profesional y ser feliz al hacerlo es fundamental saber cuáles son mis fortalezas, mis oportunidades de mejora, mis motivadores y desmotivadores principales, mis sueños y mis valores.

 

En segundo lugar, es fundamental aterrizar los sueños en planes concretos. Esto implica enfocarse y lo difícil de enfocarse es que necesitamos decir “no” a todo aquello que nos aleje de nuestro plan. Necesitamos hacernos amigos del “no” si queremos llegar a ser amigos del éxito. Una vez definido el “sí”, debemos trazarnos metas de corto y mediano plazo que sean realmente alcanzables. El sueño debe convertirse en un plan, el plan debe transformarse en metas cercanas y la meta debe traducirse en acciones cotidianas llenas de disciplina. Esos son los 3 pasos.

 

Por último, podría recomendarles que se mantengan continuamente actualizados, que aprendan algo nuevo cada día, sobre todo que aprendan de personas con más experiencia y busquen todo el tiempo traducir ese conocimiento en valor real en el trabajo. Sean inquietos, curiosos, proactivos, propongan siempre mejores formas de hacer las cosas. Y sobre todo manténganse siempre humildes sabiendo que la única manera de crecer es siendo conscientes que siempre podemos seguir aprendiendo.